La transferencia constituye una noción fundamental del psicoanálisis, a punto tal que ha llegado a definir el acto analítico mismo. En este sentido, Freud planteaba en su Presentación autobiográfica, que el análisis sin transferencia es una imposibilidad. A lo largo de los años, Freud fue de alguna manera “descubriendo” la transferencia –o mejor dicho, tropezando con ella al modo de un obstáculo y una resistencia. A grandes rasgos, lo que puede describirse en un nivel fenomenológico es que durante el curso de ese recuerdo hablado en análisis, el paciente comienza a comportarse curiosamente hacia el analista.
El sexo tántrico se trata de una práctica que se basa en el Tantra, una filosofía de vida de origen oriental con más de 4.000 años de antigüedad, que utiliza la energía sexual para conseguir una conexión con uno mismo. La meditación o disciplinas como el yoga, también con origen en la India, están muy relacionadas.
Esto es más difícil de lo que solemos imaginar, porque a veces las fuentes de nuestro amor y compasión nos quedan ocultas y puede que no tengamos fácil acceso a ellas. Por fortuna, existen diversas técnicas desarrolladas por el «entrenamiento de la mente» budista para ayudarnos a hacer aflorar el amor oculto.
Masotta nos sorprende con el siguiente aforismo: "El complejo de castración es la envidia del pene en la mujer" y remata con "La noción freudiana del complejo de castración sirve para dejar percibir la función de la falta en la constitución sexual del sujeto. Pero si se parte de datos de hecho, no hay falta. Para que algo falte es necesario partir de conjeturas, de cosas no cumplidas. En resumen: de datos de derecho y no de hecho".